Una autoevaluación en SmackDown

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SmackDown

Esta semana, lo más anunciado para el programa, era una charla que se haría al inicio donde todos los luchadores de la marca de SmackDown, podrían expresar su opinión sobre Shane McMahon, y el trabajo realizado durante estos meses.

Parece una tarea compleja, pero suena raro en una empresa de lucha libre. Todo esto fue provocado por Kevin Owens. Cansado de las injusticias de la autoridad, decide tomarse la justicia por sus manos.

ALgo que es muy bueno, para aquellos que no reciben oportunidades, y queedan apartados, y mala para aquellos que se benefician de la autoridad, y el propio Shane, tras ser cuestionado su trabajo.

Kevin no pudo participar, ya que no fue invitado. Pero Roman, se quejo de la gestión y fue amenazado con una multa económica. El campeón, declaró todos los reproches y Shane decidió que lo desconectarán el micro para no poder oírlo.

Charlotte defendió a Shane, y Liv Morgan, desaparecida de la marca, la increpó. Por último Buddy Murphy demostró estar a favor de Shane, y atacó a Owens por utilizar su nombre sin tener permiso.

Consecuencias

Cesaro, siempre servicial a la autoridad, recibió su combate de revancha contra Aleister Black. Donde se vio que la juventud tiene un potencial que los grandes guionistas no ven, y el producto acaba siendo inutilizado.

Roman ya recibió de su propia medicina, durante semanas estuvo viviendo las represiones de la autoridad. Las buenas noticias llegaron en Extreme Rules, cuando consiguió acabar con sus dos grandes rivales, tras la ayuda de Undertaker.

KO, el más buscado por la autoridad. Tras vencer a Ziggler en Extreme Rules, hizo un feo discurso para los poderosos de la empresa. Fue llamado a un combate contra Ziggler. Ninguno se llevó la victoria.

Shane se entrometió en el combate y recibió la segunda paralizadora de la noche. Todo el elenco fue tras él, pero supo escapar. Seguro que las siguientes semanas, recibe el castigo de sus actos.