El evento que todos estaban esperando desde principio de año, WWE Royal Rumble. El comienzo de década nos devolvía los nervios de uno de los combates con la estipulación más clásica de toda la empresa. Son treinta luchadores, viejas y nuevas promesas para el futuro de la empresa estaban a un paso del estela de WrestleMania.
Bianca Belair gana el Royal Rumble
La luchadora que hace escasos días ganaba de forma individual a la ex campeona con mayor reinado en la marca azul ganaba un combate decisivo. Ya adelantaba que con esta motivación con esa victoria podía suponer un paso importante de cara a su preparación para la lucha.
Hace un año, estaba en el panorama del campeonato femenino de NXT y ahora podía aspirar al de las grandes marcas. Si no hay ninguna sorpresa, su gran rival será la campeona de la marca azul Sasha Banks. Una decisión acertada por parte de los directivos para decidir una ganadora justa.
Su talento no tiene límite, está llamada a ser la próxima cara de la división femenina. Es un impulso que necesita la división después de tanto protagonismo por parte de las 4 Horsewomen. Una nueva cara, llegada de la marca NXT va a poder dar nuevos aires y combates por el cinturón femenino.
Edge aspira a la gloria
El luchador de categoría R por un fallo de combate o los planes cambiados a última hora no ha merecido esta victoria. Sin duda su regreso es algo que todo el universo estaba esperando, pero de esta forma quitando el protagonismo a los luchadores de la empresa, hace desperdiciar talento.
Se sigue apostando por lo viejo y no por lo nuevo, más para que ahora vaya a desafiar al campeón de NXT. El que estaba llamado a ser el ganador por segunda vez era Rollins, otro que no merece ganar si realmente quieren dar vitalidad a la programación y atraer a nuevos televidentes.
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